El infierno de Megan Fox en Hollywood: los años con la etiqueta de sex symbol y su reinvención como actriz.
La actriz confesó todo lo que sufrió por las conductas misóginas de la industria en su primeros años en la pantalla.
Cuando una adolescente Megan Fox apareció en Two and a Half Men como nieta de Bertha, su belleza no pasó desaparecibida para Charlie y Alan, los protagonistas, ni para los televidentes que quedaron deslumbrados con la joven actriz.
En apenas unos años Megan pasó de ser una desconocida chica de Tennessee a una estrella internacional gracias a la película Transformers, y también a ser el símbolo sexual de Hollywood en la década pasada.
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Pero a la par de la fama y el éxito, Megan fue encasillada y sufrió el trato misógino de la industria, que terminaría por convertirse en una pesadilla.
Llegaron sus innumerables portadas de revista con poca ropa, incluidas Rolling Stone, GQ, Elle y Esquire, así como sus primeros escándalos y declaraciones explosivas.
Que si tuvo un romance con una bailarina nudista, pero no se consideraba lesbiana; que si el director Michael Bay era como Adolfo Hitler (razón por la cual no volvió a la saga de Transformers); que si tenía la libido de un chico de 15 años y estaba siempre dispuesta al sexo; que detestaba verse al espejo o que estaba segura de tener “un problema mental”, sin especificar cuál…. hubo una época en la década pasada en la que Megan no dejaba de figurar en las revistas y los programas de entretenimiento.
Ya entonces a Megan le disgustaba ser un símbolo sexual. “No estoy cómoda con eso. Me molesta”, aseguró a FHM que, por cierto, le dio el título de “la mujer más sexy del mundo”. Pero poco después apareció semidesnuda en la película Jennifer’s Body, una producción que pasó sin pena ni gloria en taquilla.
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Y es que para ese momento, la admiradora de Marilyn Monroe ya había sido despedida de la saga Transformers por sus declaraciones contra Bay.
Se acabaron entonces los grandes títulos taquilleros y sólo apareció en algunas películas que jamás alcanzaron el éxito que Transformers.
“Ese fue absolutamente el punto más bajo de mi carrera “, dijo Fox en una entrevista con Cosmopolitan UK en 2017. “Pero sin ’esa cosa’, no habría aprendido tan rápido como lo hice. Todo lo que tenía que hacer era disculparme y me negué. Era tan moralista a los 23 que no podía ver algo por fuera de un bien mayor. Realmente pensé que era Juana de Arco”.
Megan aprovechó para fortalecer su vida familiar con Brian Austin Green, con quien tuvo tres hijos.
Así que Fox se desvaneció de la industria durante un tiempo, luego tuvo actividad intermitente hasta que el año pasado resurgió no solo gracias a la película Zeroville sino también por los rumores a su alrededor.
Su historia de amor con Austin Green terminó y ahora es feliz junto al rapero Machine Gun Kelly.
El resurgimiento de Megan también sirvió para que rompiera el silencio sobre el mal trato que le dieron en Hollywood cuando era más joven, pues la hicieron sentir que no valía nada como actriz.
“He soportado algunas experiencias genuinamente desgarradoras en una industria despiadadamente misógina”, confesó el pasado junio en su cuenta de Instagram.
“Tenía unos 15 o 16 cuando era extra en Bad Boys III. Hay muchas entrevistas en donde compartí la anécdota de ser elegida para la escena y las conversaciones que tuvieron lugar alrededor de eso”.
Megan recordó cómo fue sexualizada cuando aún era adolescente. Michael Bay, por ejemplo, le pidió que bailara en bikini en una cascada.
De hecho, Megan habló del asunto en una entrevista con Jimmy Kimmel en 2009, pero no obtuvo la respuesta que esperaba. La audiencia y el propio presentador comenzaron a reírse mientras la actriz lucía bastante incómoda.
“Empecé a enojarme mucho”, recordó sobre la sensación que tuvo al verse en antiguas películas. “Yo estaba como, ‘la mierda’, ¿por qué viví durante una década pensando que estaba en algo cuando en realidad era bastante decente en eso?(la actuación). Eso me llevó a darme cuenta de que había estado en una prisión autoimpuesta durante gran parte de mi vida”.
“En ese momento, habría agradecido un poco de apoyo. Sin embargo, eso acumuló mucha fuerza. Tener que pasar por un desafío como ese, la capacidad de recuperación que tengo y la capacidad de sobrevivir a cosas realmente negativas sin el apoyo de fuerzas externas me hicieron una mejor persona. no lo lamento”.
Megan, de 34 años, aceptó que durante años estuvo “en un tren de toxicidad absoluta al que fui arrojada”.
“¿Por qué me dejé llevar por algo que sabía que no era cierto? ¿Por qué sucumbí a eso?”, se preguntó Fox. “Cuando le dices a alguien que no es bueno en algo o que es deficiente, puede absorber eso y puede convertirse en su realidad, ¡y crear una vida que refleje esa mierda negativa que hablaste de ella!”.
“Esas cosas me afectan profundamente”, confesó Megan sobre esos crudos comentarios.