El último adiós a Diego Maradona en un cementerio privado de Bella Vista ofreció una imagen de lo que pareció un inédito realineamiento en el entorno del Diez. La ausencia de Rocío Oliva profundizó la división que se había cristalizado el jueves, cuando tampoco pudo participar del íntimo funeral de Estado que Claudia Villafañe (como portavoz de sus hijas) había coordinado con el gobierno nacional en Casa Rosada para el padre de Dalma y Gianinna.
De ahí que Oliva decidiera deslindar responsabilidades, negar señalamientos y lanzar picantes acusaciones contra el último entorno de quien fuera su pareja durante seis años y medio. Compungida, Oliva comenzó por hablar de su estado de ánimo una polémica entrevista en Fútbol sin manchas (Canal 26): “Hay que seguirla, tengo que trabajar, la vida sigue. Cuesta, pasan los días y es peor. Este es mi trabajo, vivo de esto, a esto me debo y me gusta, y a él le gustaba que lo homenajeen viendo sus goles”.
Y si bien prometió hacer todo lo posible “para no emocionarse”, al rato se quebró al lanzar una dura afirmación: “Diego murió solo, abandonado, triste”. Luego, comentó cuál fue para ella el punto de inflexión en la salud de Maradona: “El problema nació cuando le dieron el alta médica en la clínica Olivos y se fue a su casa. Fue todo más de lo mismo, no tenía que irse a su casa. Siempre tenía que estar internado. Si lo operaron de la cabeza y a la semana estaba en su casa. (…) Hace un año que no lo veo a Diego, capaz que de haber estado hoy con él hubiese sido la señalada”.
Acto seguido, Rocío anticipó más conflictos: “Esto no termina acá, todos se van a echar culpas y va a ser para largo. Desde el momento en que me separé, después vino la pandemia y demás no lo pude ver más. (…) Es inevitable la batalla que habrá entre sus familiares. En mi caso, yo en su momento solicité una compensación económica, pero no sé en que quedó ese proceso porque hace mucho que no hablo con mi abogado”.
“Hay algo que quiero aclarar. Por ahí andan diciendo que el 30 de octubre, el día de su cumpleaños, me quiso ver y yo no fui. Yo nunca me negué a verlo, por eso esa famosa llamada a Claudia en la clínica Olivos cuando les dije que por favor, sin exposisión, me llamen para lo que sea que necesiten. Llamarla a Claudia no tenía sentido, no la iba a llamar para preguntarle cómo estaba y a mí nunca me llamó nadie”, enfatizó.
“He saltado rejas para ver a Diego y hay cosas que me les guardo para mí y él las sabía. Yo hacía todo por Diego pero en un country no podés hacer mucho”, ejemplificó. En cuanto a las exequias, lamentó: “Me dolió no poder despedirlo. Me quedo con los años compartidos, videos, escuchar cosas de él… Me dijeron que venga a las siete de la mañana, cuando entraba toda la gente. Me mandaron a hacer la fila como a todos. Nadie se está haciendo cargo, no tengo idea por qué hacen esto. No jodo a nadie. Quiero saludar, despedir a mi ex e irme a mi casa”.
“Cuando estaba conmigo Diego estaba contento porque se había reencontrado con su hijo de Italia y Jana después de muchos años. Quizás le quedó como deseo verlos a todos juntos”, completó Rocío Oliva sobre Diego Maradona.