Destrucción catastrófica, más de 2,6 millones de habitantes sin luz y al menos 15 muertos, ese es el primer balance del paso del huracán Ian por Florida, aunque hay muchas personas atrapadas y el riesgo es que la situación sea mucho más dramática aún.
«Podría ser el huracán más mortífero en la historia de Florida, escuchamos noticias de pérdida sustancial de vidas», advirtió el presidente estadounidense, Joe Biden, hablando desde la sede de FEMA (protección civil de Estados Unidos).
«En momentos como estos, Estados Unidos se une y se unirá como un solo equipo», agregó. Después de azotar Cuba, Ian aterrizó en Cayo Costa, cerca de Fort Meyers, como uno de los huracanes más violentos que haya azotado Estados Unidos, con vientos de 240 km por hora.
En la noche entre el miércoles y el jueves perdió fuerza y se degradó a tormenta tropical, pero según el Centro Nacional de Huracanes debería recuperar vigor y volver a huracán antes de tocar tierra por segunda vez.
La primera víctima confirmada en Florida se registró en el condado de Volusia, en la costa este: según las autoridades se trata de un hombre de 72 años «que salió a vaciar su piscina durante la tormenta».
Pero por la noche, los muertos ya habían aumentado a 15 y, lamentablemente, el número de víctimas está destinado a aumentar, mientras que más de 500 personas fueron rescatadas en los condados de Charlotte y Lee.