El debate oral continúa esta mañana en los Tribunales de Dolores. Durante la audiencia del lunes, Máximo Thomsen rompió el silencio y lloró al declarar: “No tuve la intención de matar a alguien”. Hoy, fue Ciro Pertossi quien sorprendió a los presentes pidiendo declarar ante la justicia y contar su versión de los ocurrido la noche en la que Fernando Báez Sosa fue asesinado a golpes.
De manera sorpresiva, declara Ciro Pertossi en la audiencia, tras el anuncio de su defensor, Hugo Tomei.
Mientras tanto se proyecta en la sala un video que muestra la golpiza, el más conocido del caso, que muestra a Máximo Thomsen de frente y sin camisa.
“Ponga pausa”, pide Ciro y señala con un puntero a la pantalla: “Este chico soy yo y esa patada no la hago. Cuando me doy cuenta de que el chico estaba en el piso la frenamos”.
Una vez que Pertossi finalizó, el fiscal Juan Manuel Dávila empezó con las preguntas, pero el imputado marcó que no iba a declarar más. “¿Por qué frena la patada?”, interrogó por su parte el fiscal Gustavo García. “Ya respondí eso”, replicó el joven.
“Lo que quería decir ya lo dije, no voy a decir nada más”, dijo Ciro Pertossi y regresó a su silla.
Así, concluyó la declaración del joven imputado por la muerte de Fernando. Además se esperan ocho testigos en la anteúltima audiencia del proceso. También se aguarda que declaren tres peritos de la defensa.
Seguido a la palabra de Pertossi, declaró el perito informático de los rugbiers y puso en duda la prueba de los celulares en la causa.
Rodríguez Romeo, perito e ingeniero informático, fue convocado por la defensa para hacer un análisis de la evidencia digital en el expediente. “Realicé un primer informe donde hice un análisis de los procedimientos realizados y un análisis de los archivos digitales incorporados a la causa”, explicó ante el Tribunal.
“La evidencia digital es algo muy frágil: se debe preservar celosamente para que no pueda ser accedida posteriormente al secuestro”, advirtió.
Así, el perito puso en duda la cadena de custodia de los teléfonos secuestrados a los rugbiers. “No se siguió ninguno de los protocolos, entonces no se puede informar si la prueba relevada fue íntegra. Se pasó de un sobre (donde se guardaron los aparatos de los imputados) a nueve sobres y hubo falta de precisión en la metodología utilizada. El secuestro de los teléfonos celulares está en la foja 38 del expediente. Identificamos que en el acta no está el número de serie, no se identifica el número de abonado y no se explica el método con el cual fue resguardado cada teléfono. Tampoco se indica el estado de los teléfono y no se informa si están bloqueados, si tienen pin o claves. Solo se dice que se secuestran los aparatos y los modelos”.
En su análisis, el perito sostuvo: “No pude comprobar la integridad de los archivos incorporados a la causa. Hay mensajes eliminados después del secuestro de los teléfonos. Las fecha de creación y modificación difieren: no se tomaron precauciones de bloqueo. Todos los teléfonos tienen acceso posterior al allanamiento. Acá, por ejemplo, se visualizan mensajes de WhatsApp posteriores a los allanamientos. Incluso uno tiene acceso marcado el día 21 de enero de 2020″.