Con foco en la toma de conciencia ambiental y la excusa de la bajante histórica del río Paraná que afecta la región, el artista urbano Martín Ron está a punto de concluir el primero de dos nuevos murales de grandes dimensiones que continúan su serie de niños y reflejos, una obra de 13 pisos de alto que se expande sobre el muro lateral de un edificio emplazado en la ciudad de San Nicolás de los Arroyos, al norte de la provincia de Buenos Aires.
Ambos murales son parte de un proyecto urbanístico de la ciudad ribereña que busca transformar sus espacios públicos en «espacios pintorescos» e incentivar el atractivo turístico, para lo cual ya se lanzó la primera etapa de renovación de doce fachadas ubicadas en la zona céntrica de esa localidad.
Considerado entre los diez mejores representantes del street art en el mundo, el muralista retoma con este trabajo la figura de un niño cuya silueta se refleja simétricamente, al inclinarse para recoger una flor. La obra se completará con un segundo mural, que en diálogo con el anterior tendrá como protagonista a una niña, que también aparecerá proyectada en su reflejo.