El ídolo de Boca y vicepresidente segundo del club Juan Román Riquelme se reunió el viernes al termino de la práctica con el plantel para darle un mensaje de motivación de cara al superclásico, en tanto que Miguel Ángel Russo sigue sin dar señales sobre el esquema defensivo a utilizar.
En la reunión que duró cerca de 20 minutos, en una de las canchas auxiliares del predio de Ezeiza, solo hablaron Riquelme, Russo y Raúl Cascini, según le comentaron a Télam allegados al cuerpo técnico.
La charla fue de apoyo al plantel y se les pidió a los futbolistas que tengan en su cabeza solo el encuentro del fin de semana, más allá de que después vienen dos partidos importantes por Copa Libertadores.
Desde su llegada como dirigente al club que le dio la fama como futbolista, esta fue una de las pocas veces que Román tuvo una reunión grupal con cuerpo técnico y jugadores.
En febrero hubo una crisis entre algunos de los integrantes del departamento de fútbol y referentes del plantel y desde ahí no era fluido el diálogo entre las partes.
La importancia del superclásico
La charla del viernes demuestra la importancia que para el «mundo Boca» representa este superclásico, al margen de que un mal resultado no modificaría por lo menos hasta junio la continuidad del entrenador y algunos jugadores.
También influye el peso de la historia de los últimos años, ya que en los seis mano a mano de eliminación siempre se impusieron los dirigidos por Marcelo Gallardo.
En la dirigencia «xeneize» saben de la importancia anímica que para el plantel y para los hinchas tiene cortar esta racha, sin olvidar que el gran objetivo es ganar la séptima Copa Libertadores.