El gobernador de Neuquén habló de la situación de Vaca Muerta y de su relación con Alberto.
Omar Gutiérrez pidió terminar con la «grieta» que divide a la sociedad para transitar «la avenida por el centro»
El gobernador de Neuquén recibió el último fin de semana a Alberto Fernández, que le dio un fuerte respaldo político y dijo que Vaca Muerta es central para el país.
Gutiérrez, perteneciente al Movimiento Popular Neuquino que gobierna la provincia desde 1962, había sido el mandatario preferido de Mauricio Macri pero nunca perteneció a Cambiemos. Tanto el macrismo como el kirchnerismo lo enfrentaron en las elecciones provinciales del año pasado en las que consiguió la reelección.
El neuquino, de 52 años, dice que «en la mesa del presidente y los gobernadores no hay uno solo que esté especulando con su propio destino». Para salir de la crisis por la pandemia, asegura que «sólo el cumplimiento de los protocolos va a permitir recuperar la libertad del tránsito ciudadano».
El Frente de Todos le presentó un candidato en contra en las últimas elecciones provinciales. ¿Qué significa el encuentro del fin de semana con Alberto Fernández y qué desafíos cree que tiene la clase política en medio de la pandemia?
Soy un convencido de que la dirigencia tiene la responsabilidad de construir acuerdos para hacer realidad políticas públicas que son las que van a generar desarrollo económico y social impactando en el hoy, el mañana y el pasado mañana. Van a impactar en las generaciones actuales y por venir. En esto hay que priorizar el encuentro, el diálogo con la búsqueda de acuerdos, la construcción, el progreso fruto de la construcción, no de la confrontación.
Si algo nos enseña esta pandemia que ha generado una crisis económica, social, energética, es que somos todos iguales. Si alguno se consideraba superior, somos todos iguales. Hay que integrarnos, articularnos, ser solidarios, y tenemos que ser responsables colectivamente. Si esos cuatro postulados están presentes la Argentina va a ser el país que potencialmente puede que ser.
Ahora, si vivimos mirándonos el ombligo, eso no es honrar la representatividad que la sociedad nos ha dado. En esto tenemos que ser abarcativos: hablamos de la dirigencia y de la representatividad que hay en todo el arco dirigencial. En los gobiernos, en las cámaras que representan a las empresas, en los sindicatos privados y públicos, en la representación de los clubes, de las fundaciones intermedias, de las cooperadoras, de las mutuales, de las comisiones vecinales, los distintos poderes del Estado.
Es necesario para sacar el país adelante que estemos unidos, y que construyamos acuerdos básicos que generen la previsibilidad jurídica y económica para el desarrollo económico y social tal que van a ser aplicadas por todos el día de mañana. Respetados por todos en cualquier lugar en el que nos ponga la ciudadanía, oficialismo u oposición. La discusión y el debate tienen que pasar por cómo ser mejor en términos cualitativos y cuantitativos, no por poner un palo en la rueda al otro. Así es como las potencias han sido potencias