Luego de abandonar la Casa Rosada, los restos del mito argentino fueron trasladados en caravana, escoltados por cientos de fanáticos en autos y motos que iban detrás del coche fúnebre y la familia del «10». Además, durante el recorrido por la autopista 25 de Mayo y Perito Moreno, el acceso Oeste y el Camino del Buen Ayre, miles de personas se reunieron junto a la calle para darle el último adiós.
Además de la gran convocatoria, el traslado registró un hecho insólito. El cortejo, integrado además por efectivos de la Policía Federal y de Gendarmería Nacional, se equivocó la salida de la autopista Acceso Oeste, lo que provocó que quedara en medio de un caos de tránsito que demoró aún más su llegada al lugar del entierro.
Ese error, aparentemente atribuido a una mala indicación de un GPS, generó que los fanáticos agolpados a un costado de la autopista pudieran llegar hasta al lado del automóvil e incluso tocar el vidrio donde estaba el féretro, algo que se había evitado durante todo el resto del trayecto desde la Casa de Gobierno hacia el lugar.